Macao, en la costa sur de China, fue hasta 1999 colonia portuguesa. La herencia lusitana es más bien simbólica y limitada a algunos destellos arquitectónicos coloniales. Casi nadie habla portugués (más bien hablan cantonés) y los lazos con Lisboa son casi nulos. Salvo el pequeño detalle que el edificio más alto de esta pequeña isla es un hotel llamado Grand Lisboa.
Este mega complejo de hotel y casino es la referencia segura mientras paseas por Macao. Su diseño, como se aprecia en las fotos, es bastante… peculiar, raro, extraño original. Sus 47 pisos se elevan más de 260m de altura. La forma trata de repetir el diseño de una flor que se abre y eso genera que algunos cuartos tengan ventanas con pendiente negativa, es decir, que queden voladas con respecto a pisos inferiores. Al frente del edificio se ubica el casino, también con su notable diseño.
El hotel tiene 430 habitaciones y es sede del Robuchon au Dȏme, un restaurante 3 estrellas de Michelin ubicado en el pináculo más alto del edificio. El casino cuenta con 800 mesas de juegos de azar y más de 1000 maquinitas tragamonedas. Los portugueses dejaron florecer los juegos de azar tradicionales chinos por siglos en Macao. De ahí que la vocación se mantuviera una vez que regresó a dominio chino. Sin embargo, ahora los juegos se han occidentalizado notablemente.
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